La
humildad ayuda a la innovación. La humildad que aplican profesionales de gran trayectoria que
encuentran tiempo en agendas repletas para escuchar ideas de gente que empieza.
La humildad del que estando en un empresa grande y exitosa se reúne para hablar con pymes que son
pequeñas pero ágiles. La humildad de quién sabe que los éxitos pasados dan
experiencia pero no seguridad de futuro y la inteligencia de quién sabe que
grandes elefantes corporativos han sido derrotados por lo que parecían hormigas
antes de crecer y quitarles la plaza.
Innovar
es necesario, pero no es fácil, hacerlo desde la soberbia lo pone todavía más
difícil.
(la imagen es de Bernardino Ciampi)
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Txell