No
conocía esta cita de Aristóteles. Se la escuché a Andoni Luis Aduriz en Q-epea
en Bilbao este pasado viernes. Aduriz dio un recital de cómo a través de la
tenacidad y de la coherencia con los valores se pueden superar malos comienzos e incluso
críticas infernales. Cuando las citas nos hacen pensar es que son de calidad, y
esta me ha hecho pensar mucho. La cita
completa es: “Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia entonces no es
un acto, sino un hábito”. Si lo
aplicamos a la innovación resultaría evidente que las empresas innovadoras son
aquellas que hacen de la innovación no un acto, sino un hábito. Que el emprendedor, no lo hace una vez, sino
que tiene el hábito de emprender. And so on…..
(la imagen pertenece a una obra de Leonardo Da Vinci)
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Y en este sentido abogo, desde la humildad de un ciudadano “de a pié”, que las causas de nuestra mediocridad están justificadas en, como insinuaba Sócrates (y doscientos años antes que él los filósofos chinos, y más anteriormente aún los vedantas), el desconocimiento de nosotros mismos y en la incapacidad consecuente para gobernarnos con acierto.
En consecuencia, le propongo considerar que la palanca que puede “realmente” hacer excelentes a los seres humanos, no es otra que facilitar las herramientas para recorrer el laberinto que nos impide llegar a todo lo que es esencial en nuestra humanidad, para así poder dar un salto en el nivel de conciencia en donde desde la individualidad irrenunciable, nos pongamos todos a procurar la felicidad del conjunto: la armonía-salud-homeostasis del organismo-sistema, del que cada uno somos una célula diferenciada, pero inevitablemente vinculadas todas entre si.
Y esa conciencia, y en consecuencia las herramientas para acceder a ella, debe, “tiene”, que hacerse accesible y asequible a “todos” los seres humanos; sin excepción. Si es que queremos, o pretendemos, que el organismo-sistema funcione “excelentemente” como totalidad.
Le invito a que pierda unos segundos en echar un vistazo al Blog (http://desindignaos.blogspot.com) que con ocasión de un libro (¡DesIndignaos!) que por estar comprometido firmemente con ese “discurso” he publicado a mis expensas (Autoedición), en donde ofrezco una especie de “declaración de principios” que apunta a los que expongo en el libro, en el sentido de lo que le apunto más arriba.
Me encanta su posición vital y los criterios que expone. Seguiré leyendo sus ideas, independientemente de si le gustan o no las mías.
Un saludo cordial.
Luis Sasselli
sasselli2@movistar.es